Revista de Filosofía (La Plata), vol. 53, núm. 2, e087, diciembre 2023 - mayo 2024. ISSN 2953-3392
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Investigaciones en Filosofía IdIHCS (UNLP - CONICET), Departamento de Filosofía y Doctorado en Filosofía

Dosier: En torno a la obra de Mario Presas en sus 90 años

Presas, Mario A. (1962). Filosofía de la existencia. Resistencia, Universidad Nacional del Nordeste. Facultad de Humanidades. Departamento de Filosofía y Ciencias de la Educación. (119 páginas)

María Luján Ferrari

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET), Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita sugerida: Ferrari, M. L. (2023). [Reseña del libro Filosofía de la existencia por M. A. Presas]. Revista de Filosofía (La Plata), 53(2), e087. https://doi.org/10.24215/29533392e087

Filosofía de la existencia agrupa un conjunto de textos que Mario Presas había publicado con anterioridad, y de manera separada, en distintas revistas académicas entre 1959 y 1962. El período enmarcado por estas fechas constituye el inicio de la actividad filosófica de Presas, dos años después de obtener el título de Profesor en Filosofía por la Universidad Nacional de La Plata, y un año antes de su primer viaje a Alemania para realizar una estadía de investigación en la Facultad de filosofía de la Johannes-Gutenberg-Universität, en la ciudad de Maguncia, patrocinado por el Deutscher Akademischer Austauschdienst.

Al momento de la escritura de los textos que componen Filosofía de la Existencia, Presas dicta clases de diferentes materias de filosofía en el Instituto Nacional Superior del Profesorado en Catamarca, la matriz de lo que luego sería la Universidad Nacional de Catamarca fundada en 1972. A partir de 1960, se desempeña como profesor de Introducción a la filosofía, Psicología general e Historia de la Filosofía contemporánea en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste.

Tanto en la docencia como en la investigación de aquellos años, Presas abre caminos en torno a una reflexión especulativa sobre el problema de la existencia, a partir de autores como Gabriel Marcel, Karl Jaspers y Martín Heidegger, que se cruzan, todo el tiempo, con la palabra poética de Rilke, Hölderlin y Trakl. A pesar de las diferencias entre los artículos reunidos en Filosofía de la Existencia, hallamos una unidad temática y estilística que continuará como trasfondo de la posterior producción intelectual de Presas. Por una parte, encontramos la recepción del problema de la existencia y la pregunta por el ser en la filosofía alemana y la filosofía francesa, en consonancia con la importancia que se les concedía a ambas tradiciones en el ámbito filosófico argentino en el período de la postguerra; por la otra, notamos el intento por trasponer a términos poéticos algunos de los conceptos e ideas filosóficas propias de la temática existencial que suscita el interés por aquellos años. No debemos pensar que este recurso supone una mera ilustración poética de la filosofía, como advierte el mismo Presas al inicio del libro en “la palabra del pensador y en el canto del poeta acontece la misteriosa participación del ser del hombre en el Ser” (Presas, 1962, p. 3). Así, el destino de la filosofía y la poesía se presenta como una experiencia de reversión desde el tecnicismo subjetivista hacia la instauración del ser por medio del canto poético o la palabra filosófica. Presas asegura aquí, una vez más, la idea de que poetizar y filosofar son las capacidades fundamentales del habitar humano, siempre y cuando la palaba poética no caiga en el fantasioso vivir ni la palabra filosófica se convierta en un aparato técnico, unidimensional, que domina la comunicación corriente.

El libro está dividido en tres partes tituladas “Gabriel Marcel”, “Karl Jaspers” y “Martín Heidegger”, respectivamente. La primera parte está compuesta por dos textos: “La persona en los límites del misterio. Reflexiones en torno a la filosofía de Gabriel Marcel”, que data originalmente de 1959, y “La recuperación del ser en la metafísica de Gabriel Marcel”, de 1960, ambos publicados en la Revista de Educación del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.

El primer texto comienza con una polémica enumeración de los rasgos que autorizarían a utilizar la denominación de “filósofos de la existencia” a las tres figuras de las que se ocupa el libro, con especial consideración al lugar que ocupa Marcel. Los filósofos de la existencia, desde un punto de vista técnico, coinciden en el origen histórico-personal de su filosofar, en el modo de proponer a sus lectores una experiencia participativa de pensamiento y, por último, en su particular manera de extender la palabra existencia al modo de ser privativo del hombre. En este contexto, el pensamiento de Marcel, que oscila entre el anhelo creador del artista y el espíritu altamente metafísico, se posiciona críticamente frente a las dos esferas que parecen agotar la dimensión humana, las funciones vitales y sociales, con el objetivo de “ser fiel a la experiencia restituyéndole su peso ontológico” (Presas, 1962, p. 10). La experiencia auténtica de la persona se opondrá, punto por punto, a la del individuo para reivindicar una perspectiva del misterio por sobre la perspectiva filosófica del problema que piensa a la existencia en función de la dicotomía entre sujeto y objeto y se mantiene alejada del centro vital

Si bien, por una parte, el primer artículo culmina con la pregunta por la existencia auténtica y la reflexión recuperadora sobre la propia autenticidad, por la otra, deja pendiente un tratamiento más sistemático acerca de ante quién y por quién debe ser juzgada dicha autenticidad. Por ello, en “La recuperación del ser en la metafísica de Gabriel Marcel”, Presas analiza las condiciones bajo las cuales es posible una real y efectiva comunicación entre conciencias. La consideración de la actitud cosificante hacia el otro y la actitud de invocación, que remiten a las perspectivas del problema y del misterio tratadas en el primer texto, abren el tratamiento de una serie de temas como la responsabilidad, el compromiso, la disponibilidad, el amor personal y la afirmación de la incondicionalidad que terminan siendo ese permanente ontológico al que Marcel refiere como parte de un acto de fe filosófica.

La segunda parte contiene un único texto, publicado en 1960 en la revista Nordeste de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Nordeste, titulado “Apuntes para un estudio sobre la filosofía de Karl Jaspers”. Recordemos que años después, en 1973, Presas presentará una tesis doctoral sobre la filosofía de Jaspers y su apropiación de la filosofía kantiana. En dicha tesis encontramos un capítulo especialmente dedicado a reelaborar las diferencias entre el pensamiento de Jaspers, Marcel y Heidegger en virtud de la negación por parte del primero de la posibilidad de una ontología. Esta clave de lectura ya aparecía al principio de los apuntes sobre la filosofía de Jaspers, caracterizada por Presas como una dialéctica racionalmente insoluble donde el pensar salta del Mundo, en el que el sujeto se encuentra orientado, a la Existencia como posibilidad, definida por las situaciones límites, para, finalmente, dar el salto último a la Trascendencia. En este punto, Presas introduce lo que formará luego parte de sus temas de investigación y enseñanza: la expresión de la experiencia metafísica se resuelve en la experiencia del arte y, especialmente, en el arte poético.

La posibilidad de acceder a la inmediatez del ser a través de la poesía, superando así la metafísica de la época de la imagen del mundo, será uno de los temas que atraviesa los tres textos que conforman la última parte de Filosofía de la Existencia dedicados a la filosofía de Heidegger: un breve texto titulado “El destino del hombre y la técnica”, de 1961, publicado en el número 10 de la Revista de Filosofía del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata; un texto de 1960, aparecido previamente en el número 2 de la ya mencionada revista Nordeste, titulado “Metafísica, técnica y desarraigo (Reflexiones en torno a las últimas obras de Heidegger)” y, finalmente, “Sobre la interpretación Heideggeriana de la poesía”, publicado en el número 11 de la Revista de Filosofía en 1962. Estas tres piezas de escritura defienden la coherencia del pensamiento heideggeriano, desde Sein und Zeit hasta las últimas obras de Heidegger, entendido como una nueva forma de pensar. Mientras el primer texto denuncia el riesgo que implica para el hombre la tecnificación del mundo que se inicia con la edad moderna y se arraiga luego, en el siglo XX, en las lógicas políticas de las naciones más poderosas del mundo; “Metafísica, técnica y desarraigo” responde, a partir de una elaboración de la historia de la metafísica que deriva en una obnubilación de la ontología, a la pregunta por el estado actual del mundo en función de una determinada compresión del ente y de la verdad. No se trata, afirma Presas en “La interpretación heideggeriana de la poesía”, de rechazar como caducas todas las teorías históricamente elaboradas desde Platón hasta nuestros días. Se trata más bien de ‘destruir’ la caparazón que las instaura como cosa adquirida y de por sí evidente para recuperar lo prístino que se esconde en lo expresamente transmitido (Presas, 1962, p. 97).

Esa recuperación se da a través de una forma de repetición, es decir, a través de un diálogo entre aquellos que hablan de lo mismo. Hablar de lo mismo o de lo común es hablar del ser y quienes hablan son los filósofos y los poetas emparentados por la palabra. De allí surge la extensa meditación de Presas sobre el uso corriente de las palabras y del habla entendida como categoría existencial tan radical y originaria como el comprender o el encontrarse. El diálogo entre el filósofo y el poeta está, entonces, abocado a reclamar por la esencia del lenguaje; mientras el primero presta extrema atención a la palabra para acceder al ser, el poeta dice lo sagrado en su expresión como un acceso hacia lo mismo. Este diálogo es puesto en escena por Presas combinando la filosofía heideggeriana con los poemas improvisados de Rilke, los poemas de Hölderlin que nombran a la naturaleza o los de Trakl sobre el peregrinaje del viandante en las noches de invierno.

La importancia dada a la experiencia estética para dar cuenta de las dimensiones ocultas del mundo y de la condición humana es una constante en el texto de Presas que, de manera acorde, no culmina con un análisis filosófico sino con una traducción completa del poema de Hölderlin titulado “Tal como en el día de reposo…”. Y es que, tal como Presas lo decía en la advertencia que daba comienzo a este libro, su objetivo era proponer una reflexión sobre la existencia, tan personal e intransferible como el propio cuerpo, “que intenta acceder –a fuerza de ahondar en la inagotable concreción individual– a la esfera omniabarcante donde el pensar encuentra su elemento y su reposo” (Presas, 1962, p. 3).

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